China: "el Reino del Centro". En China, el país de las dinastías de emperadores, de la revolución y del socialismo, donde el mundo de Extremo Oriente vive su culminación mística. China es un país de misterios y de mil caras. Ríos enormemente grandes, desiertos infinitos y metrópolis palpitantes configuran el carácter único de un país en el cual los aforismos son tan numerosos como su laboriosa población. Sea la historia, las edades, las maravillas naturales o las personas: en China todo se mide con cifras elevadas.

China es un país de números gigantescos y dimensiones grandiosas. Por China fluye uno de los ríos más largos de la tierra, el Yangtse Kiang, que los chinos llaman cariñosamente el "río largo". Allí se extiende el desierto más grande del Asia Interior, reunido bajo el nombre "Hanhai"; allí se encuentra la fascinante ciudad de Pekín, desde siempre el centro terrenal y celestial del poder chino. También son chinos: el ejército de terracotta, la Gran Muralla, aquella construcción visible incluso desde el espacio, Genghis Khan y Marco Polo, el primer europeo que descubrió el Reino del Centro y contribuyó a crear el mito de la Ruta de la Seda con arenas y telas preciosas.

Finalmente, China es también el Yin y el Yang, una ciencia de la salud milenaria que se aplica en prácticamente todos los ámbitos de la vida. Más aún: Yin y Yang son para los chinos una especie de filosofía vital. Ésta se basa por partes iguales en el confucianismo, el budismo y el taoísmo. China es un país que supo conservar su identidad culturar a pesar de las vicisitudes de sus 5000 años de historia. Oficialmente existe en todo el país la hora de Pekín; la diferencia horaria con la CET (hora centroeuropea) es de +6 horas en verano y de +7 en invierno.

Con una superficie de 9.560.980 km2, China es el tercer país más grande del mundo y ocupa casi veintiocho veces el territorio de Alemania. El país se extiende en una anchura de 4.200 km y una longitud de 4.500 km. Las fronteras de China suman unos 20.000 km de longitud con 14 estados colindantes y una franja costera de 14.000 km.

En esta superficie viven 1.300 millones de chinos; aproximadamente el 92 % de ellos son chinos Han y el 8 % pertenece a las etnias minoritarias reconocidas. El idioma oficial es el chino que es hablado por el 70 % de la población.

Las zonas climáticas en China se extienden desde el frío siberiano hasta el calor tropical, aunque la mayor parte del país se encuentra en zonas moderadas. El contraste entre los inviernos secos, fríos y polvorientos y los veranos húmedos y cálidos es especialmente marcado en el norte y centro de China. Las precipitaciones caen principalmente al principio y al final del verano, y en otoño.

En el sur de China no existen diferencias marcadas entre las estaciones. Allí, los veranos suelen ser calientes y bochornosos, y en los meses de invierno puede llegar alguna vez a hacer frío. El clima es bastante fresco por encima de los 1.400 m, pero sobre todo en los altiplanos del Tibet; allí, la temperatura en los meses de invierno puede ser inferior a -20° C.

Durantes los meses de verano es suficiente llevar ropa ligera de verano en toda la China.

En invierno, se deberá llevar ropa de invierno en el norte de China y ropa más cálida en el sur. Especialmente en las regiones meridionales, se recomienda llevar una protección contra la lluvia. Para los calurosos días de sol es importante llevar un sombrero, protector solar y unas buenas gafas de sol con protección UV.

La cocina china representa una expresión especial de la cultura china. Si embargo, no existe ninguna tradición culinaria uniforme, sino que se trata de un concepto marcado desde el punto de vista exterior, como si, por ejemplo, se hablara en Asia de la cocina europea. En un país tan grande y variado, es natural que varíe también la comida según la región. Los chinos disfrutan preparando los alimentos, y cada comida se convierte en un evento. Para los europeos, la comida china representa siempre un disfrute culinario con numerosas experiencias gustativas, si se tiene el valor de experimentar.

La cocina china vive de su variedad, y ésta sólo se llega a conocer pidiendo distintos platos que se colocan en el centro de la mesa y de los cuales se van sirviendo todos. Se podría decir que los franceses probarían de todo al menos una vez por la experiencia, mientras en China se come de todo por necesidad. Sin embargo es cierto que, para muchos chinos, delicatessen como tortugas, serpientes marinas, serpientes, garras de oso, cigarras, escorpiones y ratas no son menos exóticas que para los europeos. No se encuentran en todos los restaurantes, y además, suelen ser extraordinariamente caras.

China también ofrece una multitud de alojamientos de los más diversos tipos. Desde los conocidos hoteles de lujo internacionales que se encuentran sobre todo en las grandes ciudades hasta las pequeñas "lodges" típicas en el campo, el abanico es enorme. En los últimos tiempos surgen en China cada vez más Boutique Hotels construidos conforme al estilo local. Éstos transmiten al visitante algo de la atmósfera inconfundible del país.

El Renminbi es la moneda de la República Popular. Es emitido por el People's Bank of China y tiene el símbolo ¥. Las unidades de la moneda son Yuán, Jiǎo y Fēn. Un Yuan equivale a 10 Jiao y a 100 Fen. Los billetes y monedas con valores en Fen son extremadamente raros. Las divisas se pueden importar a China sin limitaciones, aunque se tienen que declarar. Se recomienda llevar dólares o euros en cheques de viaje. Las tarjetas de crédito (sobre todo Visa, MasterCard, American Express) se aceptan en las grandes ciudades y en hoteles (a partir de 3 estrellas), Friendship Stores, en agencias de viaje y en oficinas de aerolíneas, así como en algunos centros comerciales. Es posible cambiar dinero en los hoteles, aunque los tipos de cambio suelen ser más favorables en oficinas de cambio o bancos. El cambio en negro está prohibido. Se deberían guardar bien los comprobantes de cambio porque sólo es posible volver a cambiar Renminbi al salir del país presentando estos comprobantes. Al entrar y salir del país se permite llevar cantidades de hasta  6000 Yuan.

Las llamadas telefónicas a Europa ya no representan ningún problema; incluso hay proveedores de red alemanes que mantienen un contrato de roaming con China. En China, los cibercafés están muy extendidos y son económicos. Al llamar desde China, el prefijo de Alemania es 00 49 + prefijo regional sin cero inicial más el número del abonado. Para llamar a China se marca el prefijo 0086. El teléfono de emergencia es también en China el 110, el de los bomberos el 119.

En todas las ciudades grandes, la asistencia médica es suficiente. Los costes de asistencia médica y los medicamentos se tienen que pagar directamente. Sin embargo, en caso de que necesitara diariamente determinados medicamentos, asegúrese de llevar una cantidad suficiente de ellos. Las condiciones higiénicas en China son mejores que en muchos otros países asiáticos; sin embargo, se deberán observar algunas medidas de precaución: lavar con frecuencia las manos, no beber agua del grifo o sin hervir, lavar bien la fruta o, mejor aún, pelarla antes del consumo.

Para la entrada en China no existen vacunas obligatorias, a no ser que se haya estado en los últimos seis meses en zonas donde exista la fiebre amarilla. Sin embargo, se recomienda comprobar la protección general por vacunas: difteria, tétano y polio. Asimismo, se recomienda vacunarse contra hepatitis A y B, tifus y, eventualmente, la rabia. El viajero se debería informar a tiempo sobre la prevención de infecciones y la vacunación, así como otras medidas profilácticas, pidiendo consejo a un médico. Para información general se recomienda recurrir, en especial, a organismos públicos de salud, médicos especializados en medicina de viajes y medicina tropical, servicios de información sobre medicina de viaje o a la Central Federal de Información Sanitaria alemana.

En China no existe ninguna norma sobre tomas de corriente. En algunos hoteles se pueden pedir prestados enchufes intermedios. Sin embargo, se recomienda llevar un adaptador propio para mayor seguridad. Para este fin, se recomienda el uso de un adaptador mundial que suele contener todas las variantes de enchufe que se encuentran en China. Generalmente, la tensión es de 220 voltios y la frecuencia de 50 Hz.

En China está permitida la importación libre de derechos de aduana de cigarrillos y bebidas alcohólicas: 400 cigarrillos o 100 puros o 500 g de tabaco; 2 botellas de licor (hasta 0,75 litros por botella). Cada viajero está autorizado a llevar como objetos personales una cámara, un reproductor de casetes, una vídeocámara estándar y un miniordenador. Estos objetos se tienen que volver a exportar; de lo contrario se cobrarán aranceles de importación. Al entrar en el país no existen limitaciones para la importación de divisas, cheques de viaje y tarjetas de crédito. Los viajeros con y sin permiso de residencia en China pueden importar dinero en efectivo de 2000 y 5000 USD respectivamente, o el mismo valor en otras divisas, que se tiene que indicar en la declaración de aduana. Se pide una copia de este formulario en la aduana al salir del país. La exportación de antigüedades no importadas previamente sólo se permite con un certificado de las autoridades competentes y se tiene que declarar en la aduana al salir del país. No se permite exportar antigüedades que no lleven el sello de lacre de una tienda de antigüedades oficial.

Queda prohibida la importación de: todo tipo de armas, publicaciones que pudieran tener un efecto negativo en la política, la economía, la cultura y la moral de China, así como estupefacientes.

En un primer momento, como europeo no hay lugar donde uno se sienta más extraño y extrañado que en China. Es cierto que, en las grandes ciudades o al visitar monumentos, ya no causamos tanta extrañeza y revuelo como "da bi zi", nariz larga, pero nos topamos con una actitud reservada y un estilo de vida diferente.

Viajar en China exige al turista, a menudo, una gran medida de paciencia, tiempo y energía. Por lo tanto, para defenderse mejor en este difícil país, se deberían aceptar los valores chinos. La cortesía, la modestia y la reserva siguen siendo virtudes apreciadas en China que se esperan también de los extranjeros. Los chinos otorgan mucha importancia a un aspecto ordenado y limpio. Una persona vestida de forma negligente o inadecuada pierde prestigio a los ojos de los chinos.

El buen servicio no es siempre evidente. Puede ocurrir que nos simplemente ignoren en un restaurante. Esta actitud que se percibe a menudo como descortés se debe en muy pocos casos a mala fe. Su motivo es que la mayoría de los chinos no dominan ningún idioma extranjero y les suele resultar difícil averiguar lo que desea el cliente extranjero. En todo caso, en el trato con extraños se dan para los chinos una multitud de posibilidades de cometer errores que incluso pueden conducir a situaciones violentas. En consecuencia, nadie se responsabiliza del extranjero.

Antes de fotografiar personas, siempre es necesario pedir permiso. Está absolutamente prohibido fotografiar instalaciones militares y aeropuertos. En China no es usual dar propinas, pero esta costumbre está siendo introducida cada vez más por los turistas. Se suele dar una propia a los guías turísticos al final de sus servicios. El importe de la propina depende siempre del grado de satisfacción del cliente.

Debido a los escrúpulos que reinan todavía y las penas drásticas en caso de actos violentos contra extranjeros, el turista en China goza de bastante seguridad. No obstante, como en cualquier otro destino turístico, no se deberían dejar objetos sin vigilancia, se recomienda llevar los objetos de valor consigo y mantener siempre una actitud atenta sobre lo que sucede a su alrededor.